Se trata de un acompañamiento personal durante la aplicación del programa nutricional.
Permite obtener mejores resultados porque la persona no «flojea» y se siente motivada y «empujada». Además, se asegura de que va en la buena dirección y hace las cosas correctamente.
Mi consejo es que, para empezar, se haga una sesión de coaching a la semana, para poder seguir las nuevas medidas lo más de cerca posible e instaurar los hábitos adecuados.
Después, las sesiones pueden espaciarse en función de las necesidades y los resultados, pero sin presiones. Las personas son libres de elegir si quieren recibir coaching o no, y de hacerlo a su propio ritmo.
El objetivo es que encuentren un equilibrio entre el placer de comer y un estilo de vida sano y, sobre todo, que adquieran autonomía y puedan continuar con su rutina alimentaria de forma automática y sin esfuerzo en el futuro.
En la práctica:
Ofrezco un coaching telefónico semanal o bimensual de unos 45 minutos de duración.
Durante la semana, deberá enviarme fotos de todas sus comidas y tentempiés. También de su carrito del supermercado. ¿Tiene dudas? ¿Alguna pregunta sobre el enfoque adecuado? ¿Una comida equilibrada o no? Estoy aquí para ayudarte.
Todo queda registrado en un archivo personal y confidencial.
Una vez a la semana, recibo tu rutina diaria y hacemos balance. Te daré consejos y apoyo en el día a día.
El coaching debe complementar al coaching presencial, no sustituirlo.
El coaching presencial es necesario para comprobar tus progresos.